Mayo de 2025
Becerril de Campos que llegó a tener 3.000 habitantes en la Edad Media, se dividía en siete "corros" o plazas y cada uno de ellos tenía su propia iglesia. Hoy queda una iglesia sacralizada, otra ha sido convertida en museo de arte sacro, las ruinas de varias dan cobijo a cigüeñas y otras aves, y la que estuvo consagrada a San Pedro acoge un centro astronómico. San Pedro Cultural además de reproducir en su cubierta las constelaciones que desde aquí se ven, tiene un péndulo de Foucault en su ábside y una línea en el suelo que identifica una meridiana funcional, única en España. "Este instrumento astronómico permite observar la proyección de la luz solar a través de un pequeño orificio (estenope) en una ventana orientada al sur. La luz que entra por este orificio se proyecta sobre la línea meridiana, trazada en el pavimento, indicando con precisión el mediodía solar verdadero, los solsticios y los equinoccios." ©DOMVS PVCELAE
El edifico del ayuntamiento albergó la escuela y de esa época provienen los refranes que adornan sus fachadas. En las paredes de algunos edificios puede verse la paja utilizada junto al barro para formar los ladrillos de adobe. Un puente de piedra cruza sobre el Canal de Castilla y junto a él aún se conserva el embarcadero de la localidad. En las afueras un humilladero construido sobre un aljibe, recibe a peregrinos y visitantes desde el s. XVI.
Mirador del Mar de Campos frente a la laguna de la Nava de Fuentes.
Tierra de Campos es una comarca natural e histórica que se extiende por las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León, con amplios horizontes sobre grandes extensiones de fértiles suelos agrícolas. En Villardefrades un antiguo silo forma parte de un proyecto que busca favorecer la nidificación del halcón más pequeño que cría en la Península Ibérica.
La zona que hoy es Zamora estuvo ocupada antes de la llegada de los romanos por los Vetones, un pueblo celta de carácter guerrero y economía pastoril. Los romanos la incluyeron en la provincia de Lusitania y la convirtieron en un nodo estratégico entre Astorga y Mérida.
En el s. II a.C. Viriato se alzó como líder lusitano de la resistencia al Imperio romano, a pesar de su desventaja numérica logró hacerse con importantes victorias. La Seña Bermeja es la bandera oficial de la ciudad de Zamora, su singularidad es que esta conformada por nueve franjas independientes unidas al mástil, las ocho rojas representan las victorias de Viriato sobre los romanos, la franja verde decidió colocarla ahí, por encima de las rojas, Fernando el Católico, en agradecimiento a la lealtad de la ciudad a Isabel la Católica en su enfrentamiento con Juana la Beltraneja.
Cuenta la leyenda que San Atilano, primer obispo de Zamora en el s. X, sintiéndose responsable de diversas desgracias acaecidas en la ciudad, peregrinó a Jerusalén. Al partir de la ciudad arrojó su anillo episcopal al río Duero, confiando en que si algún día lo recuperara sería una señal divina. A su regreso, limpiando una trucha, el anillo que se encontraba en el interior del animal se colocó por si mismo en el dedo del prelado.
La presencia en la capital zamorana de varios arquitectos catalanes a finales del s. XIX y principios del s. XX dejó una importante huella de arquitectura modernista en la ciudad.
Toro con sus casas de viguería vista y la Colegiata de Santa María la Mayor, cuyo Pórtico de la Majestad aún conserva parte de su policromía original.
Por último, un castillo edificado a finales del s. XV sería el equivalente analógico a los actuales centros de servidores de datos. El archivo General de Simancas almacena más de 35 millones de documentos originales. Estos tratados, mapas, cartas reales, correspondencias... son una fotografía histórica de inmensa resolución.
Con el puente que cruza el río Pisuerga como telón de fondo, el Rollo Jurisdiccional de Simancas recuerda que aquí podía administrarse justicia.
Una leyenda cuenta que el origen etimológico de Simancas estaría en las siete doncellas que decidieron mutilarse la mano izquierda para no ser entregadas al califa Abderramán II.