Agosto de 2022
Je me souviens (yo recuerdo) es la frase grabada en la fachada del Parlamento de Quebec, y que puede leerse en todas las matrículas québécois. Su interpretación más extendida es que recuerdan su origen francés, su cultura, sus glorias y también sus fracasos.
Canadá es el segundo país del mundo con mayor volumen de agua dulce. Las aguas del río Ottawa reposan en el Lac des Deux Montagnes (Lago de las Dos Montañas), con pequeños pueblos en sus orillas como Saint-Placide.
Québec, ciudad y capital de la provincia homónima, esta ubicada a la orilla del río St. Laurent. En su perfil destaca el Château Fontenac, un inmenso hotel de estilo castillesco construido en 1893.
A unos pocos kilómetros de la ciudad de Quebec, la Chute-Montmorency, cascada que vierte sus aguas a 83 metros de altura, y sobre la que se puede cruzar por una pasarela peatonal.
En la Isle-aux-Coudres sobre el Saint-Laurent, cielo nocturno decorado con rutilantes estrellas.
El río Saint-Laurent (San Lorenzo) recorre hasta su desembocadura en el océano Atlántico unos 1.200 kilómetros, más de 3.000 incluyendo su origen en el lago Ontario. A partir de la ciudad de Québec, llega a alcanzar los 60 kilómetros de ancho, y sus aguas comienzan a mezclarse con las del océano. El río Saguenay forma un profundo fiordo, cuya desembocadura en el Saint-Laurent favorece la proliferación de plancton, y éste junto a las profundas aguas del río crea un espacio ideal para los cetáceos. Desde aquí se puede navegar en kayak y con un poco de suerte ver alguna ballena cuando emergen para respirar.
En Tadoussac, el Centro de interpretación de los mamíferos marinos, muestra algunos esqueletos de estos grandes animales e interesaante información. La costa norte del río Saint Laurent, además del avistamiento de cetáceos, ofrece un entorno privilegiado.
Cruzando en ferry a la costa sur del río, las poblaciones de Kamouraska y Saint-Pascal, en la propia costa y algo más al interior respectivamente, con sus cuidadas casitas.
Las cantines son pequeños establecimientos de comida generalmente en pueblos o junto a la carretera, en dónde además de hamburguesas y perritos calientes, se puede degustar la poutine, una especialidad québécois de patatas fritas con queso en pequeñas porciones y una salsa entre ketchup y barbacoa. Otra costumbre muy arraigada es el maíz, mejor de temporada y comprado directamente al productor.
Montreal es la ciudad más grande de la provincia de Quebec, y la segunda de todo Canadá. Sus mercados, la ciudad vieja, su puerto... en verano se muestran exultantes y llenos de vitalidad.
Una gran colina en medio de la ciudad, Mont-Royal, es un inmenso parque al que se llega entre otras muchas calles por una con el mismo nombre, peatonalizada en la época estival. Por ley, ningún edificio de la ciudad puede superar la altura de la montaña, por lo que ofrece una panorámica excepcional.
En 1976 se celebraron en Montreal los XXI Juegos Olímpicos. Su estadio, coronado por una inmensa "lona" que en su momento se recogía y una gran torre inclinada, fue polémico por su alto coste y complejo mantenimiento, pero resulta muy llamativo.
Por último, justo enfrente del estadio olímpico, el Jardín Botánico de Montreal, con unos grandes invernaderos en los que se recrean diversos hábitats, y una inmensa superficie exterior.