Abril de 2022
Con un promedio de 320 días de sol al año, Almería, tiene mucha luz, pero no es solo una cuestión cuantitativa, son los matices que proyecta a modo de filtro natural, los que han embelesado a fotógrafos, escritores, cineastas..., esa luz acaricia paisajes y entornos llamativos, con grandes contrastes entre ellos. Un verdadero placer para todos los sentidos, más si cabe cuando la amistad te lleva de la mano.
Desde San José accedemos, en el Parque Natural Cabo de Gata-Nijar, a algunas de sus playas más icónicas, como Playa de los muertos o Mónsul.
En el acceso al parque por el municipio que lleva su nombre, nos encontramos con un centro de interpretación, las montañas de sal que aquí se producen, la silueta de la Iglesia de la Almadraba de Monteleva o de Las Salinas, un inmenso arenal y el faro en pleno cabo, vigilante sobre unas rocas conocidas como Las Sirenas.
Algo más al norte, asentada en un saliente natural hacia el mar, la pequeña población de La Isleta del Moro.
La minería en esta región enraiza en tiempos pasados, habiendo sido el origen de importantes hitos, como la llegada del ferrocarril. En Rodalquilar, podemos ver muy de cerca, las instalaciones que hasta hace solo unas décadas, extraían el oro de sus entrañas.
Mojacar, encaramado a una colina frente al mar, con serpenteantes callejuelas de casas blancas, en las que pueden verse los restos ocres de la calima. En sus tiendas pueden verse reproducciones del Indalo, sin duda el icono más reconocible de Almería. Bajando a la linea de costa sus grandes arenales.
Hacia el sur, por una carretera que baila sobre el mar, pasamos por la localidad de Carboneras, y llegamos a la Playa de los Muertos.
Hacia el interior, el yacimiento arqueológico de Los Millares, enclave referente a nivel europeo del Calcolítico o Edad del Cobre, que llegó a tener cuatro murallas concéntricas en su periodo de ocupación, del 3200 al 2200 a.C.
En el entorno encontramos esparto natural (macrochloa tenacissima), el que en otros tiempos tuviera un gran valor, por los múltiples usos que se le daba. El manejo de sus fibras generaba una afección en los ojos, y este es el origen del sobrenombre, legañosos, dado a los almerienses.
Adentrándonos en la comarca de la Alpujarra Almeriense, con algo menos de 400 habitantes, Illar, población que en su vega ha ido adaptando sus cultivos, desde la uva o la oliva a los cítricos de la actualidad.
Aun no habiendo podido llegar a las Canales de Padules, el municipio merece ser visitado.
Muy cerca del anterior, Almócita, ostenta el récord Guinness por el candil más grande del mundo, éste forma parte de una iniciativa cultural denominada la Noche de los candiles. Aquí los edificios sirven de lienzo para el arte gráfico y la poesía.
El Archivo Histórico Provincial de Almería, acoge una exposición con fotografías del fotoperiodista Antonio Sánchez Picón, quien también participó en el documental "Operación flecha rota, el accidente nuclear de Palomares".
La Semana Santa es por encima de todo religión, pero son muchas y muchos quienes se acercan a sus procesiones no desde la fe cristiana, pero si desde el respeto que su solemnidad, sonidos e iconografía emanan a borbotones.
La ciudad de Almería se desliza por sus ramblas, desde la atalaya de su Alcazaba hasta el puerto y el paseo marítimo, que comparte espacio con antiguos cargaderos y diques.
El Centro de Interpretación Patrimonial explica de un modo ameno y visual la historia de la ciudad, incluidos pasajes de algunas y algunos de sus pobladores, como la docente, escritora, periodista y corresponsal de guerra, Carmen de Burgos Segui. Además desde su terraza disfrutamos de una excepcional vista aérea de la Plaza Vieja y de la Alcazaba.
Muy cerca, la casa del poeta José Ángel Valente, orensano de nacimiento, pero apasionado de este lugar, habiendo sido uno de los grandes promotores de la declaración de Cabo de Gata como Parque Natural.
La catedral, con estilo arquitectónico de transición entre el gótico tardío y el renacimiento, y estructura de fortaleza defensiva.
Sin duda otra expresión cultural de primer orden es el "tapeo", esa costumbre en la que la bebida, supongamos una cerveza, es acompañada de una tapa, hay variaciones dependiendo del local, pero por norma general estas son generosas y variadas. En Casa Puga, su plancha y las botellas que cuelgan en sus paredes llevan viendo pasar a almerienses y foráneos desde 1870, es decir durante 152 años.
Otra costumbre muy arraigada es el chocolate con churros, siendo éstos unas pencas de generoso tamaño.
Por último, la Casa del Cine, ubicada en una finca señorial del S. XIX, nos muestra, además de sus bien conservados suelos hidráulicos y la habitación donde se hospedó John Lennon, mientras participaba en una película, la historia del cine en Almería. Desde todos aquellos wésterns rodados en el Desierto de Tabernas o en Cabo de Gata, como "El bueno, el feo y el malo", a muchas grandes superproducciones, como "Lawrence de Arabia", "Cleopatra", "Patton", "Conan el Bárbaro" o "Indiana Jones y la última cruzada".
Almeria, ¿qué eh lo qué eh?
Es luz, es calor, es amistad.