Abril de 2023
El río Matarraña cruza y da nombre a esta región en el este de la provincia de Teruel. Su semejanza con la Toscana italiana reside en prados con olivos centenarios y en sus pueblos medievales con fachadas de piedra.
Valderrobres es la capital administrativa de la comarca. El río Matarraña bordea la colina sobre la que se asienta el casco antiguo, y sobre ella destacan la iglesia y el palacio, ambos de estilo gótico, símbolos de un tiempo en que el poder feudal en la región lo ostentaba el arzobispo de Zaragoza.
En Beceite el agua del Matarraña llegó a mover los ingenios de hasta nueve fabricas de papel. Su producción se trasladaba a principios del s. XIX en carretas a Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao, y se ha constatado que Goya lo empleó en alguno de sus grabados.
Cerca de Beceite, la ascensión a las cumbres del Perigañol y La Caixa (ficha y descarga de la ruta aquí) brinda una fantástica panorámica sobre el embalse de Pena y el macizo montañoso Puertos de Tortosa-Beceite.
También cerca de Beceite, desde este punto, parte la ruta del Parrizal (acceso gestionado desde la web del ayuntamiento). Discurre por el cauce del rio, en algunas zonas sobre pasarelas de madera, llegando a un punto en el que las paredes del cañón parecen querer tocarse.
En Calaceite llaman la atención la forja de sus balcones y las capillas construidas sobre los pórticos que en su día fueron entradas de la muralla.
Al igual que en otras poblaciones de la comarca, en Peñarroya de Tastavins algunos edificios aun conservan la capa de yeso que cubría las fachadas, y que en muchos casos pueden verse de color azul por la adición de añil a la cal. Esto se hacia con fines estéticos pero también por las propiedades higiénicas que se le atribuyen.
Cerca de Peñarroya de Tastavins se encuentran las Rocas de Masmut, una formación rocosa con paredes verticales que superan los 100 metros de altura. Una ruta (descargar aquí) siguiendo la PR TE 157 ofrece la posibilidad de rodearlas.
Siguiendo la ruta PR TE 155 desde el embalse de Pena (descargar aquí) se asciende hasta los restos de la ermita de Sant Miquel d´Espinalbar (o Espilnalvà), junto a dos masías con sus pajares y corrales, todo en avanzado estado de ruina pero pudiéndose aun ver sus estructuras principales.
Fuentespalda con la Casa Belsa como buque insignia de sus edificios señoriales.
La Portellada y muy cerca el Salt, una piscina natural sobre la que cae (habiendo llovido antes) un salto de agua de 20 metros de altura.
En el ayuntamiento de La Fresneda, como en muchos de los edificios señoriales de la comarca pueden verse las mismas estructuras: una lonja porticada a la altura de la calle, una planta noble o de gobierno con amplios ventanales y una planta superior con pequeñas ventanas que era empleada para mantener aireados los diezmos o tributos que se entregaban en forma de cereales.
Por último Cretas, en el centro de cuya plaza encontramos un monolito colocado en 1962, pero cuya base fue la picota que en el s. XVI se encontraba en uno de los accesos a la población, en ella se ajusticiaba a los reos o se mostraban sus restos. Son también llamativos los trabajos de sillería y forja de sus edificios.