Junio de 2022
Pensar en Mutriku nos lleva a la costa, pero la localidad más occidental del litoral guipuzcoano, se extiende hacia el sur ganando altura por el valle de Olatz y el barrio homónimo, formado por una serie de caseríos dispersos.
Como punto de referencia tomamos la ermita de San Isidro frente al asador Zelaieta. Seguir el recorrido de la PR-GI 47 nos descubrirá algunos de sus caseríos, formaciones geológicas como la cuevas de Jentiletxe, flora y fauna, entre esta última, una raza autóctona vacuna de color rojizo, la betizu (vaca huidiza o asustadiza en euskera).
Antaño se buscaba la autosuficiencia del baserri, con el ganado, huerta, frutales... pero también en algunos casos con pequeñas piedras para moler o un calero (karobia) para incinerar la piedra caliza, y lograr la cal a la que después se darían múltiples usos.
El citado asador Zelaieta resulta una fantástica opción para recuperar energía disfrutando de sus platos.
La subida a la cumbre del Arno (618 m), además de una perspectiva del valle más alta, nos ofrece un bosque con piedras y troncos tapizados por el verdín en la que cualquier leyenda encajaría a la perfección y una panorámica casi aérea de Mutriku y Deba.
Por último, descendiendo por un sendero junto a la ermita, llegamos al cauce del arroyo Arno, si lo seguimos en su descenso, en unos pocos metros encontraremos el punto en el que sus aguas se unen a las del regato Olatz Goiko, y justo ahí, frente a nosotros, en la verticalidad de una pared coronada por un desplome de roca, se abre el sumidero de Kobalde, por donde el agua se filtrará por una abertura sita en el final de la cueva, en su camino hacia el Cantábrico.